¿Cuándo fue la última vez que conversaste con alguien acerca de Dios? ¿Te ayudó esa plática? ¿Te hizo acaso la otra persona sentirte simple, o raro, o tonto por hacer esas preguntas profundas y significativas?
Ven y acompáñame para entender cosas de Dios, de la fe, de la iglesia, de Jesús, de la Salvación, de la Biblia y de otras cosas más. Trae tu café o té favorito, yo tomaré mi café grande, con dos de crema y dos de azúcar, gracias. Vamos nomás a platicar de estas cosas, sin compromiso, sin presión, sin culpabilidades, nada de eso. Solo una simple y honesta plática.
Date esta oportunidad de aprender algo de estas cosas y de entender por qué realmente son importantes. Haz tus preguntas, no te detengas. ¿Por qué no? ¿Por qué no ahora?