Aquel que piense que nunca las segundas partes fueron buenas, es porque aún no conoce al rey Lobo. La verdad sea dicha, hasta, puede ser que tenga razón, dada la situación a la que nos enfrentamos en este libro.
En pocas palabras, resulta que un legionario español, quien era considerado como la 'joya del cuartel', y que siempre estaba metido en todas las peleas habidas y por haber, y además le gustaba mucho la fiesta. Este pintoresco militar, por esos devenires y caprichos con los que nos sorprende la vida, se encontraba muy bien acompañado de un rey árabe de muy alto linaje, y chapado a la antigua, como si viviera en otro siglo.
Ambos individuos se convertirán en los protagonistas indiscutibles de este libro, al que no falta de nada, con un escritor que realmente era ingeniero, y a raíz de la pandemia, no le pudo dar por otro hobby que escribir sobre temas muy diversos y variados, como esta segunda parte de un libro con mucha magia.
Si a esto le añadimos que el señor legionario, el rey árabe, y el escritor canadiense se encuentran perdidos en un lugar del corazón de Canadá, donde por no haber, no hay ni osos polares, pues tendremos como resultado la segunda parte de un libro que se titula:" Rosa Rosae".
¿Quién no conoce ese dicho de que: "la fe mueve montañas" ?, pues para quien no se lo crea, esta historia empieza con una primera parte en las entrañas de la montaña de Monteagudo, bajo el castillo del rey Lobo, en Murcia, y acaba en otra montaña gigante de nieve en la provincia canadiense de Manitoba.
Entre montaña y montaña, suceden una serie de historias tan fantásticas como la vida misma, y todo por querer hacer realidad los sueños de un personaje, que daría lo que fuera por volver a encontrarse con el amor de su vida, y cumplir así con su promesa de matrimonio.